jueves, 23 de abril de 2015

EL CONVENTO DE VALLADOLID EN YUCATÁN

EL CONVENTO DE VALLADOLID EN YUCATÁN


El convento de Valladolid

El convento franciscano de San Bernandino de Siena es uno de los más importantes y más hermosos de Yucatán. Se empezó su construcción en 1552, bajo la autorida de fray Juan de Mérida, arquitecto, y se terminó en 1560, fecha señalada en una inscripción. El convento está edificado sobre uno de los más grandes cenotes de la región, que se puede divisar debajo de la noria de la huerta, todavía bien conservada. La iglesia se mantiene casí en su forma original; preserva pinturas del siglo XVI, detrás de los retablos colocados más tarde en las paredes laterales.


Fachada del convento de Valladolid, desde el atrio. La capilla abierta del siglo XVI fue luego destruida

El franciscano Diego López de Cogolludo describe el convento en su Historia de Yucatán publicada en 1688:



El convento se encontra fuera de la ciudad, en el pueblo de los indios

"El convento de nuestro padre San Francisco (que ha tenido guardian electo en los capítulos, desde el año de mil y quinientos y cincuenta y tres) está fuera de la villa como seis cuadras á la parte occidental. Vase de ella al convento por una calzada de ocho varas de ancho, hecha de cal y canto con su petril, y por ambos lados tiene una alameda de árboles, que se llaman zeibas (yax che), que son muy grandes y coposos, que la hacen sombria, y aunque hay esta distancia, es muy frecuentado de los vecinos por ser devotos de nuestra sagrada religion. La iglesia es obra de mamposteria, nave cubierta de bóveda, y su titular San Bernardino de Sena. El retablo del altar mayor es de pincel, aunque el sagrario de escultura obra moderna. Correspondele á los dos lados dos capillas, una de nuestra Señora de Guadalupe de talla entera de gran devocion, y hecha en Guatemala; la otra de San Diego de Alcalá imágen de pincel. En el cuerpo de la iglesia hay tres capillas, una de nuestro padre San Francisco, otra de Santa Ana, y fuera del muro uno de San Antonio de Padua, que hicieron los hermanos de la tercera órden de penitencia, cuyo comisario es ordinariamente el predicador conventual, que predica los sermones de la parroquial de la villa. Dentro del pátio de la iglesia está la de los indios de el pueblo de Zaqui, donde está fundado el convento: su titular tambien San Bernardino de Sena." (Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, libro 4, capítulo 16)



Se construyó encima de un cenote

"Es tierra humeda y muy fértil, aunque muy pedregosa, y no corren rios por la superficie de ella; pero por señales que se han visto, es cierto corren por lo interior muy copiosos. Descubre en muchas partes diversas bocas, unas grandes y otras pequeñas, abiertas naturalmente en peña viva, que se pueden contar entre otras cosas prodigiosas, y suelen tener diez, doce estados, y mas de profundidad, hasta el agua, y otros tantos de ella. Hacen abajo, como capacidad de muy grandes estanques abobedados de peña viva, sin que se vea por donde les viene el agua, y en ellos hay alguna pesca, especialmente de vagres. Entiende son rios subterraneos, y el agua es mas delgada, y mejor, que la de los demas pozos abiertos á mano, y en algunos se ha descubierto ser agua corriente. Nuestro convento de la Villa de Valladolid está lo mas dél fundado sobre uno de ellos, y es grande el espacio que hace abajo el agua, que dicen es casi, como dos cuadras. No falta quien afirme, que tener esta tierra tantas bocas de esta forma, es causa de que haya en ella muy pocos temblores, como los hay en Guatemala, Nueva España, y otros reinos de las indias, y llamanse comunmente Dzonót Cenote." (Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, libro 4, capítulo 1)



Plano del convento de Valladolid

(Catálogo de construcciones religiosas del estado de Yucatán, Recopilación de Justino Fernández, Talleres gráficos de la nación, México, 1945)

Los frailes tenían mucho trabajo, luchando a la vez contra las creencias de los indios mayas apegados a sus antiguos dioses y las supersticiones de los conquistadores españoles. Cogolludo copia un testimonio del doctor V. Pedro Sánchez de Aguilar en su « informe contra los indios idólatras de esta tierra », quien relata un acontecimiento ocurrido en Valladolid:



El diablo habla con los vecinos de Valladolid

"Tampoco vendrá fuera de propósito traer á la memoria, cuan perseguida y alborotada estuvo la villa de Valladolid mi pátria, por los años de mil y quinientos y sesenta, segun mi cuenta, con un demonio parlero ó duende (caso estupendo é inaudito) que hablaba y tenia plática de conversacion, con cuantos querian hablarle á las ocho ó diez de la noche á candiles apagados y sin luces, el cual hablaba á modo de un papagayo, y respondia á cuanto le pedia un hidalgo conquistador, llamado Juan López de Mena, natural de Logroño, y otro conquistador llamado Juan Ruiz de Arce de Las Montañas de Burgos. En sus casas este duende hablaba, y conversaba mas que en otras, mandábanle tocar una vihuela, y la tocaba diestramente, y sonaba castañetas, y bailaba tocándole otro, él se regocijaba, y reia, pero no le pudieron, ni se dejó ver. (…)"



San Clemente echa de la ciudad al diablo

"Y sabiendo el señor obispo los falsos testimonios que decia, y los denuestos con que infamaba á algunos, mandó con graves censuras, que ninguno le hablase, ni respondiese. Y cumpliendo con estas excomuniones los vecinos dejaron de hablarle, y responderle; por lo cual dió este demonio ó duende, en llorar y quejarse del obispo, y en hacer mayores ruidos y golpes, y estruendos en las azoteas y terrados, con que asombraba y quitaba el sueño. Despues de esto dió en quemar las casas que entónces eran las mas de paja, y de unas palmas que llaman guano; por lo cual los vecinos acudieron al favor divino, y se juntaron en la iglesia y pidieron al cura echase suerte por un santo abogado y prometieron de celebrar su fiesta con procesion al convento de san Francisco, y les cupo en suerte al bienaventurado san Clemente Papa y mártir, que es á veinte y tres de Noviembre, y en este dia voy trasladando este informe para imprimirlo, siendo Dios servido, y en su nombre acuso á mis compatriotas en el descuido que ví en ir á la procesion, dejando solo al cura, siendo el voto de la villa en comun, y de sus padres y abuelos. En el retablo de la iglesia está este santo con un demonio atado." (Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, libro 6, capítulo 5)



Antonio de Ciudad Real describe la ciudad de Valladolid y su convento en el año de 1588

"Jueves veintiuno de julio (de 1588) salió el padre comisario (Fray Alonso Ponce) de Calotmul … llegó a decir misa al pueblo y convento de Valladolid, que por otro nombre se llama Zaquí o Zizal, donde fue muy bien recibido; hubo muchas ramadas, mucha gente, música de trompetas y flautas, mucho repiquete de campanas, señales y muestras de alegría por su llegada. Acudieron los indios con sus presentes de gallinas, pollos, iguanas, icoteas, huevos, zapotes, plátanos y otras frutas. No sólo los de aquel pueblo pero también de casi toda la guardianía, todos son indios mayas y gente devota.

"El pueblo de Zaquí o Zizal es de mediana vecindad; moran en él, en un barrio de por sí, unos pocos indios mexicanos, de los que fueron con los españoles cuando la conquista.

"El convento, cuya vocación es de San Bernardino, está todo acabado, con su iglesia, claustro, dormitorio y celdas, labrado de cal y canto y de bóveda; tiene junto a la iglesia un bonito patio o compás, y en él una ramada y capilla para los indios. Hay en aquel convento una bonita huerta, en que se dan plátanos, aguacates, guayabas y todo género de narajas, pitahayas, piñas, uvas y mucho y muy buena hortaliza; riégase todo con agua que viene del anoria del pueblo, que está casi pegado a la pared del convento; el que está fundado sobre un zonote muy grande, que está debajo de tierra, debajo de la mesma peña viva y tiene tres o cuatro bocas como bocas de pozos, una de las cuales sale a la cocina del convento, y sobre otra está armada la anoria del pueblo junto a la cual hay dos pilas grandes, en que echan agua para el sustento de todos; es muy hondable aquel zonote, y muy ancho y espacioso y de agua muy delicada; críanse en él muchos bagres pequeños, aunque muy sabrosos; no lejos dél hay otro muy grande, casi todo descubierto porque tiene la boca anchísima, y dicen que se comunica con el del convento, y que el agua del uno y del otro, y aun de todos los demás, es de paso.

"Un tiro de arcabuz deste convento está fundada la villa de Valladolid, pueblo de españoles, de ochenta vecinos, de los que unos tienen pueblos de indios en encomienda, otros son mercaderes y tratantes, y otros oficiales, pero todos son pobres; casi todas las casas de aquel pueblo son de cal y canto, y cubiertas de tejas, aunque algunas hay de azotea, y otras cubiertas de paja. Residen en aquella villa dos curas y tienen una bonita iglesia, asimesmo de cal y canto y cubierta de teja. Desde el convento al pueblo va una calzada, cerrada de una parte y de otra de ceibas, que son unos árboles altos y coposos, que tiran un poco a los chopos de España. Sin los españoles moran en aquella villa muchos indios de los naturales, criados y conocidos suyos y otros de los mexicanos; en aquel convento moraban cuatro religiosos, visitólos el padre comisario y detúvose allí hasta el día de Santiago, en que predicó a los españoles, de los cuales acudieron muchos a oírle." (Antonio de Ciudad Real, Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España, Vol II, Cap CXLIII, p 324-325)


La noria, en la huerta del convento de Valladolid



RELACIÓN DE LA CIUDAD DE VALLADOLID

"En medio de esta villa de Valladolid, al tiempo que se pobló, en la plaza de ella, le caya un cu de piedra, hecho a mano, muy alto; tenia en la cumbre de el muy blanqueada y hecha una pieça que se veia desde lejos, y alli tenian aquel idolo que atrás dije en el primer capitulo, donde los indios iban a idolatrar; era este cu cerro de proporción redonda, ocupaba en contorno mas de cuatrocientos pasos; arriba era seguido, no tan ancho (…)

"Trazo el capitán Montejo esta villa norte sur y del este a oeste; miran las calles al norte y al sur; diole grandes calles de quarenta pies en quadra; tiene en la dicha plaza, frontero de este cu, a la parte del sur, un templo mediano de tres naves, cubierto de teja a lo pulido, con sus pilares de piedra bien arqueados de cantería y albañeria; suben a el por seis gradas; de la iglesia al nacimiento del sol, en la calle Real, ayy se va fundando un ospital de la Sancta Veracruz (…)

"Fuera de esta villa, poco mas de un tiro de arcabuz, esta poblado un monasterio de frailes franciscos menores de la observancia, muy fuerte, con su iglesia de bóveda de albañeria y cantería, con su claustro de quatro quartos y corredores en lo alto, en los quales hay muchas celdas, todas de bóveda; tiene grandes estribos a manera de fortaleza; son las paredes de anchor de diez pies y en partes mas; esta muy almenado; es conforme a esta figura; van a el por una calzada hecha a mano con muchos arboles muy sombríos, que llaman seibos, a manera de nogal (…)

"Son los monasterios lugares fuertes, que al parecer son inexpugnables, por tener gran compás y el agua dentro de si y no se pueden minar por estar en peña viva; y el monesterio de esta villa, en particular, esta fundado encima del mesmo zenote de agua. Dentro en estos monesterios pueden caber dos mil ombres, aunque entre ellos aya dos compañias de ombres de armas con sus caballos dentro."

Blas Gonzalez, Alonso de Villanueva, Juan Gutierrez Picón, vecinos de Valladolid, Relación de la ciudad de Valladolid, Relaciones histórico-geográficas de Yucatán, 1579


El cenote del convento de Valladolid (las lineas verdes y moradas indican el perímetro de la cavidad)




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