lunes, 27 de abril de 2015

EL MATRIMONIO Y PARTO ENTRE LOS MAYAS

El matrimonio y parto entre los mayas






Me han consultado el como se casaban los mayas y si existia algun tipo de cortejo entre ellos. En el articulo de costumbres mayas me referi a ello pero encontre un articulo que me ha parecido interesante y que transcribo integramente a fin de que lo analicen. Este articulo se publico en la revista medica hondureña vol 65 en su número 3 en el ya lejano 1997, firmado por el Dr. Carlos Paredes , el Prof. José Luis López, y el Dr. Juan Manuel Pérez.

Espero sus comentarios, en algunos puntos no concuerdo. Pero queda a discusión sobre todo el punto de la "preponderancia moral" tolerada.

La edad para casarse entre los Mayas era de 18 años para los hombres y 14 años para las mujeres, los varones no podían casarse con mujeres que llevaran su mismo apellido, pero si podían hacerlo con las que descendieran del linaje de su madre aun cuando fuesen primos carnales.Como mínimo, cada mujer estaba casada con 5 hombres y cada  hombre tenia 5 mujeres. Los hijos eran ciertos para la madre, no existía el concepto de padre. De allí venia la  preponderancia moral de la madre en la comunidad Maya.

La elección matrimonial era asunto de familia y no de los que se iban a casar, había concertadores de matrimonio profesionales y se aseguraban que los contrayentes pertenecieran al mismo estamento social y reunieran virtudes para el matrimonio y además precisaba en el libro de los días astrológicos si las fechas de nacimiento, nombres y fechas proyectadas para la boda caían en días afortunados; también al casamentero se le confiaba el delicado trabajo
de fijar una especie de dote que los padres de la muchacha debian dar. La mujer Maya anhelaba tener hijos y la experiencia le enseñaba que el período menstrual duraba lo que una revolución sinódica de la Luna y que la duración
de la preñez era de nueve períodos menstruales enteros.

El día de la boda una comitiva de mujeres y ancianos iban en busca de la muchacha y la llevaban junto al novio,  entonces un anciano, Sacerdote o Cacique (dependiendo del estrato social) anudaban los mantos de sus vestidos y exhortaban a los contrayentes a llevar una vida recta, luego hacían una gran fiesta. La noche de bodas los novios recibían instrucción sexual de dos ancianos para mejorar su deficiente conocimiento de la materia.

La mujer oraba a la Diosa Ixchel para la que le concediera muchos hijos ya que si resultaba estéril, podía ser repudiada por su esposo. Las madres con embarazos gemelares eran consideradas como dilectas a la Diosa Ixchel. En caso de esterilidad se acudía a la oración y penitencias y a prácticas de ciertas medidas como bañarse en cierta fuente de agua de mal olor y de peor sabor que eran calentadas para contrarrestar la frialdad de la matriz y lograr ser fecundada, también tomaban brebajes hechos con hierbas.

La comadrona examinaba la embarazada durante los últimos meses y le prescribía la dieta e higiene, así como baños de vapor y también palpaban el útero y si encontraban que el producto era transverso trataba de colocarlo cefálico por maniobras externas.

También recomendaban el reposo en caso de hemorragia vaginal durante los primeros meses y consideraban como causa del aborto el coito excesivo, el abuso de ios baños de vapor, el exceso de trabajo, los sustos y los hechizos.
La partera no pertenecía al clan sacerdotal que practicaba la medicina ni a la nobleza, sino que al pueblo, pero gozaban de distinción que las colocaban sobre la generalidad.

El momento del parto era llamado "la hora de la muerte", pues la mujer consideraba que el parto era un combate de un niño que proviene del cielo y lucha para introducirse en su seno, siendo necesario que en su vientre muera una porción de su propio ser, para que de este modo, se produzca el nacimiento de una nueva vida, exactamente igual a como en la tierra muere el grano de maíz para que la planta nazca. Cuando se iniciaba el trabajo de parto también estaban presentes los familiares del muchacho y la parturienta, pudiendo haber de dos a tres parteras si la mujer era de condición social alta, el esposo sostenía a la parturienta tomándola por debajo de los brazos mientras ella se acuclillaba o se abrazaba a la cintura del marido. La partera le daba masajes en el abdomen y le daba a tomar "cihuappactli", y medio dedo de la cola molido del "tlaquatzin" para expeler y hacer salir la criatura, también levantaba en alto a la parturienta tomándola por ambas manos por la cabeza y le daba en la espalda con las manos o los pies, pidiéndole que se esforzara. Una vez nacido el niño y cortado el cordón umbilical con un cuchillo de obsidiana, se colocaba la sangre de este cuchillo sobre una mazorca de maíz y se procedía a enterrar la placenta y el cordón umbilical así: si el cordón umbilical era de una niña, se enterraba dentro de la casa, pues el lugar de la mujer era el hogar y si era el de un varón, se entregaba a los guerreros o se enterraba en cualquier lugar fuera del hogar, pues el
lugar del hombre era la guerra y no tenia hogar. La mazorca de maíz era desgranada y cultivada como cosa sagrada sirviendo la primera cosecha para la alimentación del niño.

Efectuado el parto se procedía a bañar a la madre y a la criatura, el recién nacido era bañado en la fuente clara de un río, al que ofrendaban lo vasos e instrumentos que se habían utilizado en el parto, también se procuraba saber en que signo había nacido para conocer que ventura había de tener. Después del parto la madre era aislada durante 20 días siendo visitada únicamente por la partera que le daba masajes y la acompañaba a baños de vapor.Durante todo este período no debía tener relaciones sexuales.

Cuando habían complicaciones durante el parto se llamaba al "Ahuen" (que era un hombre), si pasaba un día y una noche y no se producía el parto, se conjeturaba que la parturienta habría de morir, y se le llevaba a un cuarto cerrado permaneciendo con ella únicamente la partera quien trataba de acelerar el agotamiento de la madre y la muerte del feto. Si la parturienta fallecía era convertida en una Diosa del panteón Maya de la localidad, y se decía que ella intervenía como partera cada mañana en el nacimiento del sol. Desde el nacimiento los niños eran amamantados hasta la edad de 3 a 4 años.


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