martes, 21 de abril de 2015

LOS CENOTES DE YUCATAN


Bellezas Naturales de México

La península de Yucatán es una de las cinco zonas fisiográficas de la República Mexicana y representa 2% de la superficie del país, con 39 340 km2. El número de cenotes en el estado de Yucatán es de entre 7 000 a 8 000; la gran extensión de bosque ha hecho más difícil el cálculo para los estados de Campeche y Quintana Roo



La península de Yucatán corresponde a la parte que emerge de la plataforma continental de Yucatán, que abarca una extensión de 300 000 km2 y que separa al Mar Caribe del Golfo de México. En la península, los rasgos orogénicos (formación de montañas) están prácticamente ausentes, lo que es singular en el contexto nacional; 90% de su superficie está a menos de 200 msnm y la Sierrita de Ticul es la única elevación prominente. Topográficamente se puede dividir en planicie norte, Sierrita de Ticul y planicie del sur. Cabe mencionar que de norte a sur la elevación aumenta ligeramente, lo cual se explica más adelante. Esta zona abarca, como unidad fisiográfica/geológica, tanto el territorio mexicano, el Petén guatemalteco y el norte de Belice. La península carece de drenaje superficial debido a la litología (relativo a las rocas), y el río Hondo en la frontera con Belice es el único sistema fluvial de la península.El clima de la península de Yucatán es cálido-subhúmedo con lluvias en verano, sin embargo, presenta un gradiente de precipitación que aumenta de noroeste a sureste, lo cual se refleja en la vegetación, desde la de zonas áridas en el noroeste, pasando por selvas bajas y medianas subcaducifolias y caducifolias (es decir, que pierden en parte o totalmente las hojas en la estación de secas), hasta selvas altas en el sur, cerca de Chiapas. En verano se presentan huracanes y en invierno, “nortes”.


El origen de los cenotes se debe al proceso geomorfológico denominado karst, que consiste en la combinación de los mecanismos de disolución, colapso y construcción de la caliza. Estos procesos están gobernados por factores intrínsecos y extrínsecos, los cuales actúan en diferentes escalas de tiempo y espacio, generando una amplia gama de formas y grados de karstificación. Los factores intrínsecos incluyen la litología, el grado de porosidad de la matriz y la fractura de la roca; los extrínsecos, el clima, la temperatura, la vegetación, la mezcla de agua dulce y salada y el tiempo de duración de la exposición al proceso en cuestión.


El resultado es la disolución de rocas solubles (y eso, caliza, dolomita y halita) por corrosión química con base en las condiciones hidrológicas imperantes, que resultan en formas negativas del terreno e incremento de la permeabilidad debido al desarrollo de grandes sistemas de drenaje subterráneo



Disolución. La disolución consta de tres procesos:



1) La disolución inicial se debe a la ligera acidificación del agua de lluvia. Ésta se da en parte por la absorción de CO2 de la atmósfera, formando ácido carbónico; el agua de lluvia acidificada absorbe más ácido carbónico al entrar en contacto con el suelo, donde la descomposición de la materia orgánica por medio de los microorganismos produce el ácido y aumenta la agresividad del agua.


2) La mezcla del agua salada y dulce aumenta en los cambios y en la haloclina la agresividad del agua sobre la roca y es considerado el proceso más potente de disolución.

3) La disolución mediada biológicamente puede ocurrir en el suelo o dentro del sistema de flujo subterráneo, donde el ácido sulfhídrico (H2S) se genera por la descomposición microbiana de la materia orgánica y disuelve la roca desde la masa de agua.
Colapso: El segundo mecanismo vinculado al karst es la fluctuación del nivel del mar en los periodos glaciar e interglaciar. Cuando el nivel del mar ha bajado en periodos glaciares desciende el acuífero y deja una cavidad o cueva aérea tras de sí, donde secciones del techo se pueden desplomar por falta de soporte, formando una dolina o depresión (cenote). Al final del periodo glaciar el mar regresa e inunda la cueva.


Construcción: El tercer mecanismo del karst es el responsable de las formaciones de estructuras constructivas o de acumulación, también denominadas espeleotemas (estalactitas, estalagmitas y columnas), del material disuelto en el proceso del karst. Las cuevas secas originadas por los dos primeros mecanismos continúan recibiendo agua de lluvia acidificada que lleva en solución a los minerales de la roca disuelta. Al llegar a la cavidad aérea el CO2 abandona el equilibrio acuoso y los minerales se precipitan y crean las espeleotemas. El crecimiento de las espeleotemas se detiene cuando la cueva se inunda por un incremento en el nivel del mar en un periodo interglaciar


Entendiendo los mecanismos y procesos del “karst tropical” de la península podemos decir que la formación de cenotes se genera a través de una secuencia de eventos. Partiendo de un sistema de circulación horizontal (cueva inundada) se puede formar una gruta o bien un cenote tipo cántaro por derrumbe o hundimiento parcial del techo. El proceso avanza desde arriba, por infiltración pluvial, y desde abajo por circulación subterránea. Posteriormente, la totalidad del techo se derrumba dando lugar a un cenote cilíndrico; del cenote cilíndrico se puede generar un cenote tipo aguada por azolve y por hundimiento lento de la zona adyacente.

Como se mencionó anteriormente, la disolución mayor ocurre en la zona de contacto entre el agua dulce y salada o haloclina, la cual sube o baja dependiendo del nivel del mar. A lo largo de la costa del sector norte del Caribe los exploradores mexicanos y extranjeros han cartografiado más de 600 km de galerías y túneles inundados, usando técnicas de espeleobuceo y reconociendo diferentes niveles y pasajes verticales, que incluyen las cinco cuevas sumergidas más grandes del mundo, resultado de la disolución de volúmenes grandes de roca disuelta por la mezcla y haloclina. Esta disolución se asocia a las variaciones del nivel del mar a lo largo de miles de años. Los ríos subterráneos de dimensiones inmensas drenan la lluvia que cae al interior de la península. El agua transportada drena en la costa a través de caletas como Xel Ha y Xcaret y manantiales submarinos en las rías.



En contraste, la zona de Mérida y la costa norte no presentan un desarrollo tan extenso de flujos subterráneos, aunque tiene el mayor número de cenotes de la península, en lo que se ha denominado el anillo de cenotes, el cual coincide con el diámetro externo del cráter Chicxulub. Los descensos en el nivel del mar durante el Holoceno obligaron tanto a humanos como a parte de la fauna a ingresar a las cuevas para acceder al acuífero, lo cual explica los registros paleontológicos y antropológicos que hoy encontramos en el subsuelo de la península. El nivel actual del mar se alcanzó hace 5 000 años aproximadamente.

La palabra cenote viene del vocablo maya ts’ono’ot o d’zonot, que significa “caverna con depósito de agua”. Este término se ha generalizado para designar a la mayoría de las manifestaciones kársticas en la península de Yucatán. Los cenotes, como se describió anteriormente, son sistemas complejos y dinámicos. Por su origen se clasifican como lagos de disolución o generados por la actividad del agua sobre la roca soluble. El lago kárstico elemental es la dolina-colapso. El término cenote denota cualquier espacio subterráneo con agua, con la única condición de que esté abierto al exterior en algún grado. Es decir, incluye toda manifestación kárstica que alcance el nivel freático.


El número aproximado de cenotes en la península no se ha estimado dada la dinámica existente en su formación. El número considerado en el estado de Yucatán va de los 7 000 a los 8 000 cenotes; la cobertura de bosque ha hecho más difícil el cálculo para los estados de Campeche y Quintana Roo.

Por su morfología, los cenotes se clasifican de acuerdo con la etapa del proceso de apertura que comunica el acuífero subterráneo con la selva y la luz solar en superficie como se describió en el proceso de formación. Por sus características hidrobiogeoquímicas, los cenotes se clasifican como jóvenes y viejos. Los jóvenes o lóticos –del griego lotus, “rápido, veloz” (Schmitter-Soto et al., 2002)– se conectan libremente con el acuífero a través de los túneles de las cuevas. El flujo del agua es horizontal y el tiempo de residencia del agua es corto. Los cenotes más viejos o lénticos presentan un bloqueo de la conexión principal con el acuífero, debido al colapso del techo o las paredes y la sedimentación, con lo cual el intercambio con el agua subterránea es restringido y el recambio del agua es más lento. En éstos el agua acumula materia orgánica disuelta, particulada, detrito orgánico y organismos vivientes. La materia orgánica particulada y el detrito se remineralizan en nutrientes por vía microbiana, modificando las características fisicoquímicas del agua y reflejadas en el pH, la turbidez y el contenido de oxígeno disuelto, que inciden en la generación de gradientes químicos verticales marcados, por lo cual se presentan aguas anóxicas (sin oxígeno) y ácidas en el 

El tamaño de la apertura del cenote determina, hasta cierto grado, cuánta materia orgánica puede introducirse desde los terrenos adyacentes del suelo de la selva en épocas de lluvia. La producción de materia orgánica in situ depende, entre otros
factores, de la presencia de luz. Los cenotes tipo cántaro están menos expuestos a la luz solar, los cenotes totalmente expuestos como los cilíndricos y aguadas presentan una cantidad mayor de materia orgánica: alóctona y autóctona, procedente esta última de plantas acuáticas y algas, e influyen en el tipo de vida que en ellos se encuentra


El fenómeno de la haloclina
Un fenómeno sumamente interesante y excepcionalmente bello cuando se bucea en los cenotes es el producido por la haloclina.
Este fenómeno esta originado por la entrada de agua de mar  dentro de la cuenca subterránea. El agua dulce subterránea es una capa muy delgada que flota sobre una capa de agua marina, la cual puede alcanzar hasta 100 kilómetros tierra adentro.
 Entre ambas capas de agua (la dulce superficial, menos densa, y la marina profunda, más densa), se establece una zona de transición denominada haloclina. La haloclina, según los distintos cenotes, suele hallarle a los 10-12 metros de profundidad y produce un fenómeno de estratificación del cenote: funciona como una barrera física que aísla la capa de agua dulce. En los cenotes cercanos a la costa marina, la capa marina profunda no siempre se encuentra realmente estancada, sino que puede circular impulsada por las mareas y tormentas a través de túneles conectados con el mar.
Esta haloclina produce un efecto muy particular cuando se bucea, que puede verse perfectamente al observar al  compañero, ya que al agitar el agua mientras esta nadando a la altura de la haloclina se produce un efecto “borroso” a su alrededor que desdibuja su silueta completamente y que contrasta con la claridad y transparencia del resto del agua. El efecto es realmente como el conseguido al borronear con el dedo un dibujo hecho en lápiz y da una sensación de irrealidad que se sume al ya mágico escenario del cenote.


Los “spot light”
Otra hermosa sensación visual es observar los llamados spot light. Se trata de haces de luz que penetran dentro de las cuevas a través de pequeños orificios en la superficie y permite observar como el rayo de luz se refracta al entrar el agua y continua hacia las profundidades de la caverna (sí, todo lo que aprendimos sobre física del buceo durante nuestra formación como buzos es cierto!!).

Los cenotes, entonces, no son mas que una especie de lago, en general pequeño, generalmente cilíndrico y más profundo que amplio, con una gran variedad de formas. Los cenotes más nuevos son, en realidad más similares a ríos que a lagos, porque tienen conexión a corrientes subterráneas.
Esta claro que esta muy lejos de mi intención asimilar esta nota a un tratado de geografía (no podría hacerlo) ni aburrirlos con tediosas explicaciones geológicas, pero yo aprecio y espero que también a ustedes, tener una somera idea acerca de esos exóticos lugares, mas aun luego de haber buceado en varios de ellos

Los tipos clásicos de cenote son:
a) Cenotes cántaro (también llamados en maya ch’e’n), en los que la abertura al exterior es pequeña en relación con el diámetro del embalse.
b) Cenotes cilíndricos (propiamente ts’onot), de paredes verticales, donde la abertura equivale al diámetro del cuerpo de agua.
c) Cenotes aguada (ak’al che’), con perfil en forma de plato.
d) Y grutas (aktun), en los que la entrada es lateral

Hay distintas teorías que explican como los cenotes se forman. Una de las mas aceptadas es la que explica que el primer paso en la formación del cenote consiste en el desplome del “techo” de la bóveda (recordar que es un sistema hídrico subterráneo, por lo que tiene un techo de espesor variable) ocasionado por la disolución lenta de la roca caliza por el agua, sobre todo con ayuda de ácido sulfhídrico que se  origina por la mezcla entre agua dulce y marina.
Formación de un cenote.1, caverna abovedada cuyo techo no ha caído; 2 bóveda desplomada por la mitad; 3, techo caído en su mayoría; 4 cenote típico de paredes verticales; 5, paredes desgastadas; 6, cenote o “aguada” en forma de caldero con un  manantial en el fondo






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